¿Te has parado a ver la diferencia? Porque la hay. Como profesor de yoga, que juegues entre ellas te va a traer más seguridad y eficacia en tu enseñanza. Te lo explico.
Guiar es lo que hace tu amigo o pareja cuando va de copiloto en el coche y te dice por dónde tienes que ir al lugar que no sabes y él si. Si lo traemos al yoga, los profesores guiamos cuando les decimos a los alumnos qué tienen que hacer. Por ejemplo: inhala y sube los brazos, exhala y flexiona hacia delante. Sube a la cobra o enraíza las manos. En esas instrucciones el profesor asume que el alumno ya sabe cómo tiene que hacerlo. Cuando mi amigo me dice que en la siguiente calle gire a la derecha asume que yo ya sé conducir.
Enseñar es dar la información de cómo tienen que hacerlo. Los profesores enseñamos el conjunto de acciones que nuestros alumnos necesitan para moverse a través de las diferentes posturas, pranayamas, etc. Ellos necesitan la información para viajar a través del mapa de clase que nosotros hemos creado.
A lo largo de mi trayectoria como profesora de yoga y mentora me he encontrado con profesores que únicamente guían sus clases y en raras ocasiones enseñan algo. Verdaderamente es una pena. El trabajo de los profesores es sobre todo enseñar, ¿no?
Así que, a mi modo de verlo, primero los profesores de yoga nos tenemos que centrar en enseñar lo que queremos y cuando los alumnos lo saben hacer entonces los guiamos sobre lo que les hemos enseñado. Te lo pongo en un ejemplo. Quiero que mis alumnos hagan la postura de la cobra (bhujangasana). Algo básico es que aprendan a hacer las piernas, el suelo pélvico y el abdomen fuerte. También llevar los hombros atrás y juntar las escápulas. Todos esos componentes se los tengo que enseñar, e igual no lo hago en la cobra, sino que se los enseño de forma aislada en otros ejercicios. Cuando me he asegurado que conocen cómo se hace fuerte cada parte entonces lo muestro en bhujangasana. Me aseguro de que crean las acciones más allá de la forma externa de la postura. Después puedo guiar la cobra dentro del saludo al sol, por ejemplo. Y ellos van a saber lo que les digo porque ya lo han experimentado antes.
Si nos saltamos el primer paso en el que enseñamos y únicamente guiamos, los alumnos no van a tener toda la información para hacer bien lo que les pedimos. Se van a limitar a copiarnos o a copiar a sus compañeros, se moverán desde sus inercias y patrones. Los que tengan facilidad en el cuerpo lo harán muy bien pero sin saber cómo lo han hecho y los que tengan más dificultad no podrán hacerlo.
Enseñar es un arte y no es fácil. Implica mucho trabajo fuera de la clase de refinamiento de las instrucciones. También que tengas que parar la clase para explicar detalles. Si tus clases son exclusivas de puro flow igual tienes un problema con parar.
Aquí doy algunos tips que te pueden ayudar.
¿Te cuesta identificar qué acciones vas a enseñar? Haz este ejercicio. Por cada instrucción que das pregúntate ¿cómo?
“Flexiónate hacia delante”. ¿Cómo? ¿Qué tienes que hacer para flexionarte hacia delante? Volcar la pelvis hacia delante (anteversión pélvica). ¡Ahí tienes una acción a enseñar!
“Haz fuertes las piernas”. ¿Cómo? Activando los músculos hacia los huesos, generando un abrazo muscular. ¡Ahí tienes otra acción a enseñar!
“Abre el corazón”. ¿Perdona? ¿Cómo? Llevando los hombros hacia atrás y juntando las escápulas hacia el eje central. ¡Otra acción a enseñar!
Normalmente las acciones hay que enseñarlas fuera de las posturas cumbre. Mejor de forma aislada en ejercicios sencillos, en posturas preparatorias. Piensa también fuera de las posturas tradicionales de yoga.
Enseña sin hacer tú a la vez la secuencia. Mira a tus alumnos, mira si realizan las acciones que les has enseñado más allá de la forma externa o estética de la postura. Mira qué necesitan para crecer. Llévales a experiencias más profundas.
Crea prácticas con focos. Un foco maravilloso puede ser a generar la anteversión de la pelvis para flexiones hacia delante. Diseña toda una secuencia para enseñar esa acción. Sirve con toda la secuencia al foco principal.
Enseña en progresivo a través de varios días. Explica todos los componentes y sus acciones principales.
Pregúntales si lo han entendido bien y si su cuerpo sabe hacer lo que les pides antes de pasar al siguiente nivel de dificultad.
No lo des por hecho, cuestiónate a ti mismo como profesor/a. Es la forma de evolucionar en tu práctica. Mantente siempre dispuest@ a revisar y refinar lo aprendido.
Tanto si te estás estrenando como profesor de yoga como si tienes experiencia, pongo a tu disposición The Excellent Yoga Teacher, una membresía exclusiva para profesores de Yoga. Para ampliar tus habilidades docentes y elevar tu enseñanza a la excelencia.
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