Hay tantas maneras de entender y enseñar yoga como personas y necesidades en el mundo, y no es para nada mi intención defender una única forma válida porque no la hay, por mucho que algunxs se empeñen en encorsetar algo tan incorsetable como es la práctica de yoga, que al igual que los seres humanos está en constante evolución.
Es cierto que cuando hablamos de yoga casi todos nos referimos a yoga asana, que es el yoga físico. En yoga asana nos valemos del cuerpo para acceder al estado de YOGA, un estado de conexión con el Ser divino que somos.
¿Puede uno acceder a ese estado sin hacer posturas de yoga? Por supuesto que si. ¡Antes de Hatha Yoga ya existía el yoga!
Y aunque hay yoga más allá de asana, ir a través del cuerpo es la manera más sencilla y accesible para casi todas las personas.
¿Es imprescindible incluir en la práctica de yoga asana intensidad física y posturas desafiantes?
Intensidad física y posturas desafiantes pueden ir de la mano o no.
Por ejemplo en una práctica de yin yoga apenas hay intensidad física, lo que buscamos son sensaciones físicas ligeritas y sin embargo puede haber alguna postura que por lo que sea resulte desafiante.
Muchas veces me desafía el tiempo de permanencia porque mi mente quiere salir corriendo a la siguiente cosa, puede desafiar mi paciencia, mi tendencia de querer ir más profundo, el tener que quedarme en las primeras sensaciones cuando mi inercia es ir a tope, etc.
El desafío es que me está confrontando con mis inercias, y justo ahí tengo que respirar, volver al cuerpo, invitar a mi mente a que se rinda a la experiencia. Bienvenida esta confrontación que hace que reconozca mis patrones.
Yoga y autoconocimiento ¿te suena?
Bajo mi punto de vista, las posturas desafiantes tienen un gran valor. Y ojo, que no estoy hablando exclusivamente de posturas enrevesadas. Una postura desafiante puede ser perfectamente vrksasana con el pie de apoyo sobre un bloque y trabajando activamente el glúteo medio. Para un alumnx principiante o una persona con grandes tensiones, trikonasana ya es una postura desafiante.
Las posturas que suponen un reto nos exigen una mayor presencia y atención al detalle, una mejor autorregulación, alimentan la propiocepción y la interocepción.
Esto no va de querer encajar nuestro cuerpo en posturas imposibles, no va de embutirnos en unos vaqueros que son tres tallas más pequeños, tampoco tiene que ver con pegar el cromo en el álbum.
Va de explorar con los sentidos curiosos nuestras posibilidades y límites, no desde el desenfreno sino desde la serenidad.
Va de adaptar las formas de las posturas de yoga a veces rígidas, con todo el abanico de opciones y variaciones, a nuestro cuerpo y necesidades.
Va también de observación de relatos mentales, patrones y tendencias, de aceptación.
Es un proceso en el que se despliega un gran conocimiento de unx mismx.
¿El practicar posturas retadoras hace que mi "ego se infle"?
He tenido que lidiar con mis tendencias egóicas tanto los momentos de subidón con las posturas enrevesadas como en la etapa en la que no hacía posturas complejas y era súper defensora del yoga sin acrobacias. Spoiler: defendía mi yoga de ese momento porque ni podía ni sabía hacer posturas complejas, porque en mi primera formación no me enseñaban a ejecutarlas, pero en mi interior estaba frustrada y envidiaba a quién las hacía.
Conclusión: la vida y el yoga siempre va a estar poniéndonos en escenarios maravillosos en los que se despliegan nuestras tendencias egóicas. No tiene sentido evitar ciertos escenarios por “miedo” a que aparezcan nuestras tendencias. Lo que tiene sentido en mi opinión es estar al acecho y cuando aparezcan lidiar con ellas.
Volviendo a la pregunta ¿es imprescindible incluir en la práctica de yoga asana intensidad física y posturas desafiantes?
No es imprescindible.
Si lo incluyes está bien.
Si no lo incluyes está bien también.
Haz lo que a ti te haga feliz. Enseña lo que a ti te hace bien, lo que ves que funciona para lograr tu objetivo.
Este artículo viene al hilo de una conversación con una compañera en mi grupo de Telegram para profesores de yoga.
Gracias, gracias, gracias porque tu visión me ha llevado a extraer la mía.
Con Amor,
Pilar G.H